La tiña, o dermatofitosis que es el nombre técnico de esta enfermedad, se trata de una afección fúngica causada por un hongo que afecta la piel del portador e infecta no solo a perros sino también gatos, otros animales y hasta a humanos, por lo que se trata de una enfermedad zoonótica. El contagio se produce a través de las esporas de estos hongos, que pueden transmitirse por contacto directo (entre individuos en el que uno de los dos esté infectado) o indirecto (contacto de un individuo sano con superficies que tengan la espora o restos de pelos y piel de otro individuo infectado).

Existen numerosos hongos capaces de producir esta afección, pero hay tres que son los principales causantes: Microsporum gypseum, Trichophyton mentagrophytes y Microsporum canis, siendo este último el responsable del 70% de los contagios de tiña en perros y 98% del contagio de tiña en gatos. Una vez arraigados a la piel del portador estos hongos se alimentan de la queratina que esta posee, una proteína presente en diversos tejidos superficiales de los seres vivos (como la piel, las uñas y el pelo).

¿Cómo se desarrolla y se propaga la tiña?

Si bien ya explicamos que el contagio de esta enfermedad se produce de forma directa e indirecta, también es importante destacar que el ambiente propicio para su desarrollo es en sitios y zonas donde predominen el calor y la humedad. Estas condiciones climáticas favorecen el crecimiento y desarrollo del hongo tanto en el paciente como en el entorno que lo rodee.

En cuanto a su propagación, los sitios donde más frecuentemente se propaga la tiña son en lugares con un elevado número de animales juntos. Como por ejemplo refugios, colonias controladas, protectoras, entre otros. A su vez, si alguno de estos animales posee un estado de salud deteriorado (especialmente con bajas defensas) la probabilidad de que se contagie de la enfermedad y su gravedad aumentan considerablemente.

¿Cuáles son los síntomas de la tiña en perros?

El tiempo de incubación del hongo (desde el momento de su contagio hasta el momento de aparición de los síntomas) es de 4 días a 4 semanas, y este período puede variar dependiendo de la edad y estado de salud del paciente. En el caso de los cachorros y los perros de edad avanzada su sistema inmune no se encuentra del todo bien y son más propensos a contagiarse y presentar síntomas.

Uno de los principales síntomas de la tiña es la alopecia (caída del pelo o cabello) y se debe a que las esporas de los hongos ocupan el lugar del folículo piloso en la piel y comienzan a ingerir la queratina que se encuentra en él. Estas lesiones y calvas pueden producirse tanto de forma concentrada, en ciertos puntos del cuerpo de tu mascota, como de forma generalizada (en gran parte del cuerpo del canino), pudiendo también producir escamas de un color amarillento y un olor peculiar.

A su vez, a diferencia de otros hongos y afecciones en la piel, la dermatofitosis no produce picazón en la piel, por lo que puede pasar desapercibida hasta que se encuentre en una fase más avanzada. Sin embargo, estos síntomas y características no son exclusivas de esta enfermedad, por lo que resulta indispensable un chequeo del veterinario para que pueda analizar a tu canino y verificar si se trata de tiña u otra dolencia.

¿Cómo se diagnostica la tiña?

Existen diferentes métodos que un veterinario puede seguir para lograr un diagnóstico certero de tiña. En primer lugar, algunos tipos de tiña son fluorescentes bajo la luz UV (lámpara de Wood) por lo que el veterinario puede optar por observar los pelos de tu canino que se encuentran cerca de las lesiones debajo de esta luz y buscar dicha fluorescencia. En segundo lugar, uno de los métodos más utilizados consiste en observar estos mismos pelos a través de un raspado dérmico (células de piel de las zonas dañadas) bajo el microscopio en busca de las esporas del hongo.

Finalmente, una tercera forma de diagnóstico que puede permitir identificar con certeza el hongo específico que afecta la salud de tu canino consiste en realizar un cultivo del mismo (a partir de células dañadas de su piel y sus pelos) esperando que este crezca y así identificar exactamente de qué hongo se trata. Pero este método presenta dos inconvenientes, el primero que el crecimiento del hongo puede llevar semanas hasta lograr que se desarrolle lo suficiente para lograr identificarlo, y el segundo es que este puede no desarrollarse y requerir repetir el cultivo para realizar un nuevo intento.

En caso de optar por realizar un cultivo, tu canino requerirá igualmente un tratamiento que alivie y contrarreste los efectos del hongo durante el tiempo que se desarrolla el cultivo. En caso de que este tratamiento tenga un efecto positivo es posible que el veterinario decida repetir el cultivo más veces para observar si continúa o no habiendo presencia del hongo en la piel de tu mascota.

¿Cómo se trata la tiña en perros?

Lo cierto es que la tiña puede irse por sí sola con el paso de algunas semanas. Pero para acortar el tiempo de incomodidad de tu mascota, y al resultar tan contagiosa, incluso para los humanos, siempre se opta por realizar un tratamiento para acabar con el hongo lo antes posible.

Este tratamiento suele consistir en la ingesta por vía oral de medicamentos antifúngicos y baños con champús especiales para ello. A su vez, es necesario realizar una limpieza a fondo de todos los sitios donde suele habitar tu mascota, así como el lugar en el que pudo haberse contagiado para eliminar la posibilidad de reincidir en el contagio.

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